Todo
un caballero- Miguel Dorelo
—Me
encantó —le dije.
—Estuvo
muy bueno —me respondió. -Volveremos a hacerlo, solo te pido discreción, recordá
que soy una mujer comprometida.
—Por
supuesto. Soy, por sobre todo, un caballero. Te amo.
—Yo
también. ¿Te vas para el club?
—Sí. Por ahí nos cruzamos allá.
En
el vestuario de hombres del club.
—
¡Muchachos! ¿A que no saben a quién me cogí hace un rato?
Caballeros
eran los de antes.