miércoles, 23 de diciembre de 2009

Llegar- Miguel Dorelo

Es hora de seguir andando...

Llegar- Miguel Dorelo

Emprendió el camino, como suele decirse, “con todo el entusiasmo del mundo”, no había ningún motivo para que así no lo hiciera.
Juventud y optimismo suelen ser buenos compañeros a la hora de comenzar lo que sea.
A esa temprana edad todas las sendas le parecían transitables, inclusive aquellas que a primera vista se presentaban sinuosas, con escollos que sabía, solo estaban allí para ser superados. Las dificultades se convertían rápidamente en incentivos.
—Nada es imposible —solía decir y decirse.
Y anduvo muchos caminos.
Y recorrió numerosos senderos.
Siempre buscando llegar.
Pasaron los días, se sucedieron los meses y llegaron los años.
Y siguió su derrotero.
Y nuevos tiempos y nuevos recorridos se fueron acoplando a su espalda.
Y un buen día, o quizás uno malo, al fin comprendió la verdad.
La verdad. Que no es triste ni es alegre, es solo lo que debe ser y es lo que es.
—No hay nada. Al final del camino no hay nada —susurró.
Y siguió caminando.

Exclusivo de La Cuentoteca

domingo, 6 de diciembre de 2009

Esperando (El último viaje)- Miguel Dorelo

Ella va a llegar...

Esperando (El último viaje)-Miguel Dorelo

Ella vendrá buscarme, más tarde o más temprano, pero vendrá.
Es la razón de mí existir, sin ella no soy. ¿Qué otro sentido tiene mi vida, más que el aguardarla?
A veces, sueño que ya casi está a mi lado, que el momento de la unión es inminente.
Y son dolorosos esos últimos segundos antes de la final consumación.
A veces, me pongo ansioso; mi mente o mi corazón no quieren comprender que hay plazos que deben respetarse. Quiero, anhelo estar en ella y que ella esté en mí.
Otras, comprendo que no debo apresurarme, que ese delicioso momento quizás esté muy cerca.
Y no importa demasiado si fui bueno o malo, si me equivoqué mucho o poco, no se trata de premios y castigos; sé que ella no va a evaluar eso cuando llegue el momento.
Sé también que ella sabe que tampoco podrá evitarlo. Ella tampoco es sin mí.
A veces, me dan ganas de gritar su nombre, decirle que ya es hora, que ya no aguanto más.

Quizás, ese nombre sea de mujer…o no.
Quizás, alguno de ustedes hayan comprendido de quién estoy hablando.
Y también esperen

Exclusivo para La Cuentoteca