martes, 7 de diciembre de 2010

Martes a la noche- Miguel Dorelo


Martes a la noche- Miguel Dorelo

Martes. Si al menos fuese viernes. A pesar de todo, mañana hay que ir a trabajar a esa puta oficina. ¡No tengo ganas, no tengo ganas, carajo!
A aguantar a la gorda de contaduría que antes de las diez ya se bajó media docena de facturas con su tesito y que al rato ya peló un alfajor o un turrón y se lo morfa en dos bocados, mientras escupe un que flaco que estás Fernando te vas a enfermar si seguís así. Callarme un  ¡Gorda puta, y vos  vas a reventar como un sapo! porque es la sobrina del gerente y adonde mierda voy a ir si me rajan de acá. Y el hijo de puta del jefe que dos por tres se le ocurre hacer un resumen de lo que mierda sea que se le ocurra como para hacerme quedar después de hora y el turro de Juan que la goza viéndome juntar bronca porque no me banca desde que pasó aquél asunto con la mina de mesa de entradas.
Yo me coloco, total es temprano y para mañana ya me descolgué. Lástima esta basura. Esta noche más que nunca necesito un poco de la buena para poder seguir.
¡Ya no soporto más esta vida de mierda, la concha de su madre!
Antes la tenía servida en bandeja, cuando me enganché con Mercedes; la minita manejaba buena guita y siempre andaba con una buena reserva de la mejor. Y encima cogía como los dioses. Pero todo lo bueno se termina rápido; los boludos de los padres la mandaron con una tía que vive en Ibiza para ver si  “se cura” estando allá. Según me contó Mercedes, la vieja es una cocainómana fiestera y bisexual. La va a pasar bomba, y el boludo acá, solo y metiéndose cualquier porquería.
¿Y si me voy de una escapada hasta la villa? Pero no, con cincuenta mangos que voy a conseguir. Mirá si encima me hacen cagar para sacarme las zapatillas, con esos negros nunca se sabe. Mañana pido un vale, aunque ya estoy medio pasado y a fin de mes no voy a cobrar una mierda, pero un día de vida es vida y me meto un toco bien grande de felicidad como para poder pasarla.
Tendría que renunciar a ese laburo de mierda, dedicarme a escribir o tratar de armar un grupo para tocar en los boliches; eso es vida, las guachas se te regalan aunque estés en los cuarenta y pico como yo, les gustan los “artistas”, mirálo a Cerati, con cincuenta pirulos se comía una de veintidós… Claro que tiene sus riesgos también.
Mejor me conecto y boludeo un rato en la compu, hay un par de flacas medio veteranas que están muy alzadas y me tiran onda, les gusta cuando me voy al carajo y empiezo con mis guarradas en el Twitter. Algún dm de coger seguro que ligo.
Por ahí una de estas noches me traigo a una a casa.
Y con un poco de suerte hasta se me para y todo.

Elaborado para La Cuentoteca

14 comentarios:

María del Pilar dijo...

Pasó un martes a la noche, pero en realidad puede suceder cualquier día,o cualquier noche, más a esta altura del año, fecha en que siempre, a muchas personas, se les incrementa la depresión.Una historia cruda y realista, que no se puede criticar, porque lamentablemente es verosímil.

Salemo dijo...

A este tipo creo que le pasa todo el año, María. Si no es con una ayudita química no pueden vivir y se meten en una espiral de decadencia que les costar dejar, si es que pueden hacerlo algún día. Que se yo, estoy un poco duro con el personaje, pero suelen sacarme de mis casillas porque por lo general suelen dictar cátedra de como vivir. Conozco a algunos de estos "rebeldes y críticos de la sociedad" que en realidad no saben como manejar sus vidas y pretenden hacerlo con la de los demás.
Me dan un poco de lástima, pero ni la suficiente.
Gracias por pasar y comentar.

En los Esteros dijo...

Historia dura pero no por eso menos cierta. ¿Cuantas de estas se cocinan a diario?... me llamó la atención eso de la vieja bisexual y falopera, aunque no sé por qué. De última no es nada tan extraño. Dorelín... evante el ánimo que nada es para siempre.

Salemo dijo...

¿Te parece, Antonio? A veces pienso que algunas cosas duran demasiado; no puedo juntar la plata para irme a Ibiza con Mercedes y la veterana e intercambiar experiencias.
Creo que esta vez no hace falta aclarar que nunca más distanciados el autor y el personaje, ya que el primero no toma ni aspirinetas y su principal órgano le funciona de maravillas ( acá exagera un poco, pero por si acaso recuerden: La Cuentoteca es un blog de ficción , no testimonial.Que usted estimado lector/a conozca a alguien muy parecido al protagonista no quiere decir que esté basado en él.
He dicho.

María Taltavull dijo...

Lo primero es lo segundo, Dorelo: expresivo como pocos, este relato se lleva muchos laureles, y luego, o antes, bah, en todo momento: narra una realidad creíble: con verdad, con la ligerereza que tienen todos los temas hoy. Celebro este gran logro, poder desdramatizar un planteo de este modo, traerlo a la mesa, al cuento, al escritorio, desmenuzarlo, comentarlo, escribirlo, ponerlo a la misma altura del amor, del paseo por el río o del precio de las naranjas. Porque esta es la realidad de nuestro tiempo... Hay que verla de frente, mirarla a la cara, por lo menos. Después, recién después podemos empezar hablar en voz alta, que no sea más un tema "tabú", aunque sí de la vida privada, como el sexo, y analizar las consecuencias sociales, familiares y demás que abarca. Todo después...
¡¡¡Felicitacines enormes!!!

Salemo dijo...

El relato al ser en primera persona toma la forma tal cual cree el tipo que es: posiblemente solo esté descontento con la "sociedad" y no sepa o no quiera saber que la sociedad la hacemos todos y que su problema es bien otro. El problema no es su adicción , o si, pero conozco varios como él que creen que ese es el camino válido para "escapar" y hasta le hacen propaganda:" si no te falopeás sos careta" es uno de sus dichos más frecuentes.Están en su derecho, son grandes para decidir que hacer con sus vidas y de ninguna manera tendría que ser ilegal; apoyo la legalidad del consumo, pero al mismo tiempo lo desaconsejo. Mis motivos: si necesitás químicos para hacer cosas es porque no te animás a hacerlas sobrio, la falla es tuya, hacéte cargo. Ni hablar de los problemas de salud, pero si vos querés tomar kerosene, tomálo, yo no.
El relato no trata de juzgar, solo describe una noche de martes de un tipo que está solo y no se banca su propia vida.Solo eso.
Puede haber una segunda parte.
Un placer como siempre tu visita, María.
Un beso.

El Titán dijo...

Como la vida misma...

Salemo dijo...

Como una parte de ella, Titán, ni más ni menos.

Analía dijo...

Me llenó de tristeza... Un beso.

Salemo dijo...

Es realmente triste la historia de este tipo, pero no quiero justificarlo demasiado, si no caería en la misma actitud de él: que los culpables de lo que le pasa son los demás.
Gracias por pasar y comentar,Analía.
Un beso.

Analía dijo...

En realidad lo que me da tristeza es la decadencia del ser humano sometido a una adicción.

chely dijo...

Ay Miguel!!
Tu personaje lo conozco hace 30 años....
Este relato sí ,me afectó.
No por eso dejaré de decir ,sos muy bueno escribiendo.
LUNES, MARTES ,MIERCÓLES JUEVES, VIERNES, SÁBADOS Y DOMINGOS....

Salemo dijo...

Da tristeza, por supuesto Analía, pero como digo, a mí me genera sentimientos encontrados cuando como en el caso de este personaje.

Salemo dijo...

¿Qué puedo decir, Chely? Espero que no te haya afectado en demasía y si fue así que lo hayas superado.
Gracias por el elogio.
Un beso.