viernes, 17 de junio de 2011

Gato esperando- Miguel Dorelo


 Gato esperando- Miguel Dorelo

Sentado en el borde del tejado, el gato espera.
Especular sobre sus intenciones es en vano y completamente inútil; sé perfectamente que es lo que busca, es un gato, está en su naturaleza felina y aunque quisiera, que no lo quiere, nada podría hacer por evitarlo.
De no saber lo que sé, hasta se podría suponer que solo toma un baño de sol. Pero no lo hace, lo sé aunque él ni siquiera sospeche de mi seguridad con respecto a sus intenciones. Y espera. Con paciencia de gato, agazapado, espera.
Podría usar lo que sé sobre la naturaleza de su raza en provecho propio, pero no lo haré.
No lo haré, simplemente porque no quiero hacerlo.
O porque estoy cansado un poco de todo; o vaya  a saber por qué alguna otra extraña cosa que no tengo ganas ni tiempo de describir.

Debo reconocer mi admiración por su paciencia; el sol desentendido de nosotros dos y lo que nos rodea  ya casi ni se preocupa por iluminar la escena y él sigue firme, sin mover un músculo, esperando el momento justo.

Ya no tiene caso posponer indefinidamente la cuestión: me acerco de a poco hasta su posición, tratando de jugar un poco con él y su ansiedad.
Atacará creyendo ser el perfecto cazador, clavará sus garras, sus dientes rasgarán mi carne sin que en ningún momento intente utilizar mis alas para escapar.

Jamás sospechará su papel de liberador verdugo, instrumento utilizado en mi afán de ya no querer ser.

Elaborado para La Cuentoteca

14 comentarios:

Unknown dijo...

Muy buen giro final. Esperaba una salida por el lado de lo lúdico. La irrupción del drama me noqueó.

Salemo dijo...

Gracias, Patricia.
El pajarito suicida este tendría sus motivos supongo, pero era bastante retorcido, que necesidad había de andar manipulando al pobre gato.

A.R.N. dijo...

que pajarito psicópata, lo obligo al gato a matarlo y ahora pobre gato carga con la culpa.

pd:muy interesante como te metes en los personajes. besito

chely dijo...

Genio el gato admirable por su paciencia, el pajarito muy desafiante y audaz, aunque psicótico total!-jaja
En verdad esperaba un final así, simplemente por tu estílo de narrativa, que, en definitiva es lo que mas me atrapa.
Como de costumbre "EXCELENTE"
No olvides que tengo puesta la camiseta doreliana -jeje

Claudia Sánchez dijo...

Caramba Dorelo! Me sorprendió gratamente! Esperaba la aparición de alguna "gatita" y de pronto surge este drama existencial perfectamente resuelto. Felicitaciones! Saludos!

Francisco Costantini dijo...

Muy bueno, che. No hay más que pueda decir.

Salemo dijo...

Ya lo creo, Aída. No sé como semejante loco se me metió en La Cuentoteca. Yo no tengo en mi casa pajaritos enjaulados ni nunca tuve, así que debe haber venido de otro lado.
Lo de meterme en el personaje debe ser porque algo en común con el ave masoquista este tengo, aunque yo suelo suicidarme solo en cuestiones amorosas... pero siempre me recupero.Y vuelvo a suicidarme, claro.

Salemo dijo...

Gracias, Chely. Un pájaro bastante hijo de puta, debemos decirlo; si quería liquidarse no tenía por qué usar al pobre minino. Espero que haya conseguido superar el trauma.

Salemo dijo...

Siempre es bueno sorprender gratamente a una dama, Claudia. Por lo general las sorprendo, pero más bien para el otro lado.
Volvamos al cuento que es lo que importa: podría haber derivado para el lado que decís y así tenía la posibilidad de incorporarle algo de sexo que siempre atrae a los lectores.Hace unos años no me hubiese pasado. Estoy grande. Me guardo la idea para otra ocasión.

Salemo dijo...

Gracias, Francisco.
Es como yo siempre digo, nosotros vamos derecho a lo que importa, no como estas que le buscan la vuelta a todo: que si el pajarito está loco, que si el gato se hace el sota para comérselo, que si el autor está proyectando algo muy jodido de su vida en forma de relato aparentemente inocente ( me ha pasado esto último), etc.,etc. Mujeres.

Javier López dijo...

Miguel, conociéndote esperaba un giro como el que propone Claudia, y ya estaba esperando que la gata saliera de su escondite y que vieran aparecer la luna sobre el tejado. Esa sería una luna de miel gatuna. Pero no, sorprende el giro y la intención del cuento. Pierde romanticismo pero a mí me encantó, así, como es.
Abrazo.

Salemo dijo...

Ya veo que lo que ustedes querían es sexo, Javi. Y yo que me descuelgo con un drama. De sexo hay unos cuantos así que no se pueden quejar. Lo que pasa es que al autor ese tema ya no le interesa en lo más mínimo, se ha retirado por completo de cualquier actividad de ese tipo por una serie de desencantos que lo han tenido a mal traer. Jamás se preocupará por esa vil actividad nunca más, salvo que se le cruce en la semana alguna señora o señorita que le haga cambiar de idea, claro; que las promesas y las intenciones están para no hacerles caso.
Y retomando lo literario, también estoy conforme con el giro y el resultado del mini.
Saludos.

Celia Carnovale Atilio Martínez dijo...

Me pareció un suicidio generoso, o mejor dicho complaciente, ya que su última acción involucra a su enemigo para dejarlo feliz y satisfecho de algo que no logró. Meritorio

Salemo dijo...

¿Ven? Buscando se encuentra. Una lectura distinta en el que se contempla al pobre pajarito loco este.Gracias, Ailec. Espero que aprendan del mensaje que la interpretación de Ailec les da: amen hasta a sus enemigos; que sería de ellos sin nosotros y viceversa.