Después
no digas que no te avisé- Miguel Dorelo
A
vos te encanta buscar excusas para casi todo, así que después no digas que
no te avisé: un día de estos te voy a besar en la boca. Va a ser un beso de no
menos de setenta y ocho segundos cuatro décimas de duración.
Y
cuando alguna de tus amigas te diga “te vi besándote con Miguel” no les salgas
con aquello de “yo no lo besé me agarró de sorpresa estaba distraída pensando
en otra cosa fue él no tenía mi autorización escrita no llenó el formulario
necesario para ese trámite” ni ninguna otra de esas tonterías que te gusta
tanto utilizar.
Un
día de estos te voy a besar en la boca con un beso que durará no menos de
setenta y ocho segundos cuatro décimas pero que puede extenderse hasta un par
de siglos.
Después
no digas que no te avisé.
12 comentarios:
Cortito y al pie. Un abrazo, Dorelo.
Gracias,don Giorno. El cuento es cortito, pero cuando le de el beso a esa chiruza va a entrar al Guinnes. Y se la a tener que bancar. El personaje, digo. Justo se llama igual que yo el desgraciado este.
Otro abrazo.
Qué lindo. Me encantó. Que se te haga, Dorelo!
Gracias, María, pero es ficción, que se le haga al personaje ( a veces miento un poco, pero no voy a decir cuándo).
Cómo lo aputasó Bs. As.
Un patético sentimental de cuarta. Yo creo que no debería ir por un tiempo...O ir más seguido...O mudarme para allá. Veo.
Bueno... si la agarro a la Chuchú de sorpresa y le doy por sorpresa un beso de setenta y ocho segundos cuatro décimas de duración la dejo groggy, pichita, entregada. Seguro que lo manda al chanchito a que visite la abuela y... Bueno... son setenta y ocho segundos cuatro décimas de duración
Da la sensación de que fuera solo una expresión de deseos, mire. ¿Y por qué setenta y ocho segundos cuatro décimas y no un minuto y pico, eh?
Me dejó pensando... Creo que son tal para cual: demasiado minuciosos, vuelteros, bah
Pero vale la pena, Antonio. Además, en vena poética, un beso con el amor suficiente dura una eternidad pero a uno le parece que aún así no es suficiente.
Gracias por pasar y dejar tu testimonio. Un abrazo.
No sé, Mónica. Nunca sé por qué mis personajes actúan como actúan. Yo trato de entenderlos pero me cuesta un montón. Y encima este Miguel, vaya nombrecito, la amenaza con que el beso podría durar dos siglos. A mi me parece mucho. Debe estar muy enamorado el chabón.
Miguel:
Muy bueno, es una perfecta descripción de ciertas personas.
Es uno de esos tipos, con pinta de salame, que siempre dice: ¡ya van a saber quién soy yo!, o ¡yo no me enojo nunca, pero cuando me enojo... ah, cuando me enojo!, o ¡el jefe me gasta, pero esto no se lo voy a permitir más!, o "el verdulero me dio las papas podridas, mañana me va a escuchar, ese".
Y todos se matan de risa de él, pues saben que jamás hará nada de eso. Un pusilánime total, ese Miguel. como bien dices está enamorado hasta el caracú, pero lo mata la timidez.
Tenés razón, que nadie te confunda con él.
Un gran abrazo y Felices Fiestas.
Como ya dije, Arturo, poco y nada conozco sobre mis personajes, solo alguna cosa puntual como para volcarla en un cuento; después continúan con sus vidas como si no se acordaran que los creé. Unos desagradecidos.De este Miguel, no sé si es tímido,parece enamorado, pero vaya a saber si es así, es personaje pero también hombre y por ahí solo se la quiere levantar,Si averiguo quién es la chiruza por ahí tenemos alguna pista más concreta. Como dicen en un comentario, parece que es medio vueltera. Digo, como para no decirle histérica que después de todo es una dama.
Un abrazo y que la pases bien en estas fiestas.
Publicar un comentario