sábado, 16 de octubre de 2010

Cuestión de enfoque- Miguel Dorelo & Sergio Gaut vel Hartman

Hasta lo peor puede tener su lado positivo...

Cuestión de enfoque – Miguel Dorelo & Sergio Gaut vel Hartman

—Actitudes como estas son las que hacen andar el mundo, en el buen sentido —dijo Ángel palmeando el hombro del inspector de policía—. Gente como usted, que ve cosas positivas en aparentes negatividades.

— ¿Le parece? —Ordoñez miró a su interlocutor con el ceño fruncido—. Yo creo que su comentario es infructuoso y que su situación es irreversible.

—Pero si me hubiesen tocado en suerte más personas como usted en mi vida, yo sería totalmente distinto a esto que soy y por supuesto, no me habrían asesinado la semana pasada. —Ángel meneó la cabeza—. Pero ese es un tema que me resulta doloroso tratar ahora; no quiero andar dando lástima al pedo... Aunque si veo que puedo sacar algún beneficio de ello, más tarde le cuento por qué y cómo me mataron.

—Provecho para usted, no veo. Pero a mí no me vendría nada mal esclarecer su caso. Capaz que me ascienden y todo…

4 comentarios:

Ogui dijo...

Me gusta como si lo hubiera visto nacer...

Salemo dijo...

Mire usted, don Ogui.
Para los desprevenidos: la sinergia dentro del grupo Heliconia suele generar estos relatos durante los innumerables contactos internos.
El grupo Heliconia está formado por un poco más de una veintena de narradores y poetas de varios países y varios sexos; don "Ogui" Ranea Sandoval es uno de los miembros más activo de dicho grupo y el señor Hartman es el encargado de tratar de encarrilar las diversas inquietudes de sus integrantes. No siempre lo consigue.

María Taltavull dijo...

Ah, pero muy bueno, más que esclarecer un caso es genial esclarecer un tema. Si de optimismos se trata parece que la vida o la "no-vida" es un detalle, sería cuestión de personalidad nomás. Excelente diálogo a dos cerebros.

Salemo dijo...

Como comenté, este es un relato que surgió en los intercambios internos del grupo. Vaya a saber cuál era el tema que estábamos tratando, pero suelo tener la mala costumbre de ser "poco serio" y termino desvariando, a veces me insultan y me suspenden pero esta vez por suerte Hartman tomó el desvarío y lo convirtió en un relato que quedó muy bueno. Yo creo que lo hizo porque no se creyó mi muerte.