domingo, 14 de marzo de 2010

Sobre mujeres, amor y equivocaciones- Miguel Dorelo

La cuestión es no equivocarse eternamente...

Sobre mujeres, amor y equivocaciones- Miguel Dorelo

A Jorge Ariel Madrazo y su libro de cuentos
“La mujer equivocada”, el detonante de este humilde relato.

Algunas veces,las menos,es cuestión de años. Otras,un poco más comúnmente,de meses.
De días,realmente unas pocas.
El darse cuenta,para todos y cada uno de los casos,siempre sucede al final;quizás solo un poco antes.
El factor común a la gran mayoría, el cansancio o el hastío. O una nimiedad estúpidamente potenciada.
Más tarde o más temprano, una y otra vez, lo mismo.
Y siempre el mismo doloroso interrogante ¿Qué habrá fallado esta vez?
Y,también como siempre, o casi siempre, no encontrar la respuesta.
O no saber bien donde buscarla,que termina resultando más o menos lo mismo.
Y es que de eso se trata: una y otra, y otra y otra vez elegir la mujer equivocada.
Luego, lo consabido; el duelo o no, la tristeza o no, el extrañarla o no.
Y por fin, el volver a buscar. El volver a saber que en realidad, por amor no se muere, o que tan solo le pasa a una ínfima minoría de la que, estamos casi seguros, no formamos parte.

Y el juego (¿Acaso no lo es?), recomienza.
Eso si, a estar atentos, las reglas son estrictas aunque no lo parezcan: la próxima puede ser la que se esperó siempre, la definitiva, la que envejecerá junto a nosotros; la que nos hará entender que ya no volveremos a jugar, que el premio mayor ya es nuestro y no hay motivo alguno para seguir en la contienda.
Pero, no es un juego fácil, todos lo sabemos; la próxima puede ser nada más que otra mujer equivocada y a veces también es nuestra última oportunidad.
O peor aún, se nos ofrece el dudoso privilegio de vislumbrar que ella, la auténtica, quizás engañados por circunstancias ajenas a nuestra voluntad, o por designios de alguien en quién ni siquiera creemos, o simplemente porque si, no supimos reconocer. Y ya es tarde para lamentos. Y aunque sigamos jugando, casi siempre lo hacemos, el juego ya no es el juego. Jugar por jugar es de amateurs; el reglamento del verdadero amor no lo contempla.
Y dudar, claro, siempre dudar. Aún estando seguros; han sido tan momentáneas nuestras seguridades anteriores…
Dudar sospechando.

Y sobre todo, no querer ver la otra cara del problema: que probablemente somos (soy) el hombre equivocado.

Exclusivo de La Cuentoteca
Publicado en Breves no tan breves

14 comentarios:

Javier López dijo...

Si en la vida fuéramos capaces de pensar "desde el punto de vista del otro", se evitarían tantos conflictos, se llegaría a tantos acuerdos, que probablemente nos quedaríamos asombrados.
Buena reflexión, Miguel. Como casi siempre.

Salemo dijo...

Sería una solución a muchos conflictos, claro que si, Javi. Lamentablemente casi siempre nos es imposible hacerlo y solo vemos un lado de las cosas, nuestro lado.
Últimamente estoy más reflexivo que narrativo y trato de combinar ambas cosas. No me sale.
Gracias por pasar y comentar, pero lo que me deja preocupado es eso de "casi siempre"; hasta ahora creía que era el dueño absoluto de la verdad.
¡Que lo parió! Ya no soy el de antes.

Javier López dijo...

Jajaja por eso te dije "casi" siempre, para dejarte un espacio abierto a la reflexión introspectiva :-P

Salemo dijo...

Hay que tener cuidado con esas cosas, Javi. Podría crearme un trauma. Mi ego es además de muy grande, muy sensible.
Tendré que replantearme tantas cosas ahora...

Clarice Baricco dijo...

Es que yo sigo pensando que el amor necesita usar lentes. Y audífonos también y....
Pero creo también que nos encanta jugar al masoquismo o el creer que seremos potentes en que cambien las cosas. Quizá si, quizá no.
En fin, que andas reflexivo y contagias.

Abrazote.

Graciela

Salemo dijo...

Ando muy reflexivo, es cierto; pero ya se me va a pasar. No quiero ver ni escuchar nada por un tiempo, a ver si así consigo un poco de paz.
Y también podría ser una semana en un spa, ya que estamos.
Ah, el amor, el amor; Graciela. No sé qué necesita, pero es complicado el desgraciado.

Juanma dijo...

El amor es raro, hasta me dan ganas de decir groserias, pero prefiero no comentarlas. Puede arribar a nuestras vidas sin preaviso alguno, como esos despidos al personal en relación de dependencia que los deja, literalmente, en la calle. Y si no viene, lo buscamos, lo cual implica asumir un gran riesgo pues, el hecho de estar desesperados por hallar "la mujer" puede desviarnos de los caminos apropiados y convertirnos en seres despiadadamente tontos. No lo se, pero se que muchas saben que tampoco lo saben, pero se que no se si será, o seré.
Abrazo, Ernesto Ugarte.

Javier López dijo...

Miguel y eso qué quiere decir, ¿que me pasarás las facturas de tu psicoterapeuta?
Asumo haberte causado un trauma, pero te juro que si las facturas son muy caras, estoy más tieso que un ajo.
Así que habrá que probar por otro camino... Trataré de subirte el ánimo con mis próximos comentarios, y así evitamos pasar por la consulta.
Para empezar... qué chicas más guapas eliges en las fotos!!!!

Salemo dijo...

No te reprimas y decílas,Ernesto.
El amor llega siempre sin previo aviso, siempre nos toma de sorpresa. Y también es cierto que si no viene empezamos a buscarlo. Personalmente no es que me ponga tonto; en realidad me convierto en un estúpido total, siempre detrás de la mujer correcta, tan difícil de hallar.

Salemo dijo...

De ninguna manera, Javi. El psicólogo tiene un convenio especial conmigo y no me cobra ( experimenta nuevas técnicas).
Lo de las chicas, aclaro, no es que las elija, solo me limito a subir fotos de mis ex. No me había dado cuenta de que eran tan lindas. No me fijo en esas cosas.Me interesa solo lo interior.

María del Pilar dijo...

Hola, Miguel:
Me gustó mucho el cuento y las reflexiones sobre el equivocarse de quien nos enamoramos. El consuelo, si así puede llamárselo, es que el amor es un sentimiento, y como nunca sabés quien te lo va a despertar, si no funciona, bueno, no fue tu culpa; nadie programa enamorarse es algo que simplemente sucede.

Salemo dijo...

No es tanto el equívoco, María; podríamos tomarlo como "ensayos" con actrices o actores que en sus momento creemos que son los protagonistas y resulta que son los secundarios. Claro que nos damos cuenta cuando la película está por terminar.
No está ni bien ni mal, solo es que suele pasar.
Y nadie programa de quién enamorarse, claro.

Esteban Dublín dijo...

Querido Miguel Ángel, mañana viernes saldrá publicado el cuento con nombre propio dedicado a ti.

Para que estés pendiente y me digas qué piensas.

Salemo dijo...

Un honor, Esteban. Estaré atento y por supuesto que te daré mi opinión.
Saludos.