lunes, 8 de noviembre de 2010

En mi época se jugaba por la camiseta-Miguel Dorelo


En mi época se jugaba por la camiseta-Miguel Dorelo


Son todos unos hijos de puta. Los jugadores, digo. Los de ahora.
Antes no era así, en mi época se jugaba por la camiseta. Mirá si uno de Boca algún día iba a jugar para River. O al revés. Tenían códigos, no como estos mercenarios. A estos lo único que les interesa es la plata.
¿Qué exagero? Te cuento y después me decís si no tengo razón.
El domingo vuelvo a la cancha a ver un partido. Cuarenta y dos años hace que no piso un estadio. Cambaceres y Almagro jugaban ese día, 27 de Agosto de 1998, me acuerdo como si hubiese sido ayer. Con el empate Cambaceres salía campeón. A los cuarenta y cinco del segundo tiempo en una jugada intrascendente, mientras la defensa local hacía tiempo reteniendo la pelota esperando el pitazo final para empezar los festejos el “Zurdo” Biondini, solito y su alma, se la pelea a Javi “el ropero” López, se la saca y la clava de un paradojal derechazo en el ángulo superior izquierdo del arco sin que Héctor “Tenazas” Sandoval, un buen arquero, pueda atinar a defensa alguna. Gol de Almagro. Termina el partido, ni siquiera alcanzan a mover del medio. Sale campeón Tristán Suarez que le gana dos a cero a Platense de visitante. Se armó un tole-tole de aquellos en las tribunas; el año anterior Biondini había firmado  para los locales y jugando de nueve metió cincuenta y ocho goles en setenta y dos partidos. Fue goleador del torneo sacándole catorce tantos al segundo. Almagro, que tenía pretensiones de campeonar, se lo compra a Cambaceres en casi siete millones de esa época y al muy turro se le caían las lágrimas cuando al firmar el contrato con su nuevo equipo declara que lo hago por el club que me dio todo, porque están endeudados y con la plata de mi pase van a poder sanear las finanzas, pero se me parte el corazón por dejar de vestir  estos colores que tanto amo  y bla, bla, bla. Ahí dejé de ir. Ese fatal día en que toda esta mierda comenzó. Que carajo tenía que ir a pelear esa pelota el puto este. Biondini me quitó las ganas de ir a renegar con estos guachos que les da lo mismo una camiseta azul que una roja.
Pero, volvamos a lo de este fin de semana. Ya estoy viejo, eso es lo que pasa; me dejo convencer fácil ahora, antes no me llevaban ni a palos a un lugar al que no quería ir.
—Vamos, es una final y va a estar bueno —me dice el vasco Frinisterra, que si lo dejás hablar, perdiste, te convence de cualquier cosa: creéme si te digo que el tipo anda por ahí contando su propia versión de la Biblia y le creen hasta los obispos.

Cancha de Boca. Última fecha y llegan empatados en puntos y sin tercero en discordia ya que se escaparon los dos solitos en el campeonato. El rival, San Lorenzo, que viene embaladísimo ganando por goleada los últimos seis partidos; a pesar de ser visitante es el favorito, ya que Boca que hasta hace unas fechas venía punteando en solitario pierde los tres últimos encuentros jugando muy mal.
Al promediar el primer tiempo,  los de Boedo ganan dos a cero y con baile; para colmo el “gallego” Vázquez se hace expulsar por una violenta patada de atrás contra  el puntero derecho de los visitantes, el “rayo” Costantín que se iba solo para marcar el tercero. El “gallego” siempre fue un verdadero asesino en potencia. Por suerte para Boca, termina el primer tiempo sin que le metan un par de goles más gracias a dos tiros en los palos y la soberbia actuación de su arquero, el juvenil Ricardo Piornos. La 12 despide a sus jugadores con esa calma que uno sabe precede a la tormenta. Si esto no cambia en el segundo tiempo, acá habrá que lamentar victimas.

Para qué mierda habré venido, yo sabía que me amargaría. Peor, mucho peor que antes estos mal paridos. Este cambio en el reglamente será beneficioso para el espectáculo , dijo el turro ese que maneja la batuta de la FIFA, el “ruso” Hartmanovich, cuando anunció la nueva reglamentación que autoriza a los clubes a hacer contrataciones de jugadores los 365 días del año y sin ningún tipo de restricciones, con un libro de pases  expeditivo y totalmente abierto. Todos sabían que era para beneficiar a los clubes más poderosos pero nadie dijo nada, los métodos mafiosos de Hartmanovich por todos conocidos, con un par de cadáveres oportunos flotando en el Sena en ocasión de aquél atisbo de oposición a su primer mandato resultaban suficientes para que todos acataran hasta su menor capricho.
Reunión de urgencia en el vestuario local entre dirigentes de ambos clubes, firmas de los directamente involucrados y a salir a jugar el segundo tiempo.
Como no podía ser de otra manera, el partido se dio vuelta por completo, los cinco jugadores que luego de las rápidas negociaciones pasan a jugar el segundo tiempo para Boca y son reemplazados por sus respectivos suplentes en San Lorenzo son demasiada ventaja para el xeneize.
Boca campeón después de un rotundo seis a dos.

Y encima estas cinco lacras humanas dando la vuelta olímpica con “sus nuevos compañeros” y besándose la camiseta.
No vuelvo a pisar una cancha. Por lo menos por otros cuarenta y dos años.


Elaborado para La Cuentoteca

20 comentarios:

Javier López dijo...

Has puesto el dedo en la llaga.
Quizá leyendo suene a exageración lo de cambiar de bando entre el primer y segundo período. Pero es una ironía que retrata lo que es el mundo del fútbol.
Pibe, usted sí que sabe.

Salemo dijo...

Pues, has interpretado a la perfección la intención del relato, Javi "ropero" López. Como el cuento está ambientado en un futuro no muy lejano, no sería raro que al paso que vamos esto se haga realidad.
Gracias por pasar, chaval.

Galena dijo...

Ahora quien manda es don dinero, en España desgraciadamente ocurre lo mismo.

Galena dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Claudio Biondino dijo...

Muy bueno, Dorelo! En cualquier momento terminamos tal y como usted describe...
Ah!, y por lo de Cambaceres vs. Almagro, sepa disculpar, pero business is business, ¿vio? Nothing personal... :-)

Salemo dijo...

Asi es, doctora Galena; el dinero siempre en el medio...o atrás o adelante mio, pero nunca en el lugar exacto en el que estoy; me esquiva el desgraciado. Y al deporte en general, no solo al fútbol, lo está arruinando.
Gracias por pasar, leer y comentar.
Un beso.

Salemo dijo...

Que le puedo decir, Biondini/o; es usted un mercenario del deporte, aunque aclaremos que en la vida "real" ( si es que se le puede llamar así a su vida) es usted una persona correcta y un buen ciudadano. Creo.

Claudio Biondino dijo...

Por supuesto que mi vida es real y que soy un buen ciudadano!... creo... O_O

María del Pilar dijo...

Lo dicho, yo de futbol, ni jota, pero debo destacar la hermosa metáfora, que puede tener otras aplicaciones: "jugar por la camiseta", jugarse por un sueño sin pensar en la guita, ya sea el deporte o la literatura, todo un desafío.Lo otro, y si pasa, pero que sea el mundo en el que nos toca vivir no significa que tengamos que ser iguales a los demás.Abrazo cordial

En los Esteros dijo...

Dorelo: ¿Por qué no decís que uno de esos pelotudos que se cambiaron de cuervos a bosteros era el archiconocido "Turco" Cruz, que supo ser arquero de Escuela Presidente Perón y después alcanzó la fama jugando de centro half de San Lorenzo? Era bueno. Imaginate que, cuando inició su carrera, era guardameta de Escuela pero jugaba con la casaca de FORJA unidos debajo del buzo de arquero. Un disparate. Por eso yo no voy a la cancha desde hace como sesenta y tres años. Je. Y si... Este fútbol de ahora daba para un cuento.

Salemo dijo...

Biondino, usted siga haciendo goles que yo no dudé ni un instante en suponer de su existencia y su don de gente ciudadana. Estoy casi seguro de ello.

Salemo dijo...

María del Pilar, ya quedó claro en otro ámbito que una confesa hincha de River es muy probable que de fútbol no entienda ni jota ( ¿No debería decirse "de fútbol no entiendo ni efe"?). Lo otro si que lo entendiste, jugar por la camiseta es una de las cosas más dignas que existen a mi humilde entender, sea en el ámbito que sea, la literatura, el deporte y hasta el amor. Mirá si me sentiré identificado con la consigna que yo en ese último ítem me la estoy jugando por una señora que, ni yo lo puedo creer, ¡No tiene tarjeta de crédito! Si eso no es amor y jugarse por la camiseta, no sé.
Soy un sentimental, no hay nada que hacerle.

Salemo dijo...

Antonio, si querés que lo diga, lo digo, pero en realidad no tenía esa data. Creo que, aparte de mi condición de bostero, puse de rival a San Lorenzo por la cuestión de la paternidad que tienen sobre nosotros y les quise hacer perder un partido para acercar la estadística.
Yo hace rato que tampoco voy a la cancha, hace varios años. Seguía la campaña de Douglas Haig, el más grande de Pergamino, pero ya no lo hago, pero más que nada porque me cansaron algunos técnicos de esos en que la única táctica era colgarse del travesaño y ver si el nueve por ahí embocaba alguna. Ese fútbol no me gusta. Si mi equipo pierde, prefiero un 5 a 4 que un 1 a 0.
Gracias por pasar y comentar.

Francisco Costantini dijo...

Cuánta verdad en esta ficción, Miguel. Y la verdad es que no me tenía de puntero derecho, sí de cuatro, pero hace ya varios años (y eso que tengo 27). Me gustó. Hay que mandárselo a Apo, je.

Salemo dijo...

Es muy factible que terminemos con un fútbol casi así, Francisco. ¿Asi que de cuatro?. Bueno yo soy un técnico que planifica para desorientar al rival, por eso te puse de siete.
Lo de Apo, te agradezco el elogio, pero no creo que clasifique, como para seguir con los términos futboleros.

Analía dijo...

Hijo, jaja soy de San Lorenzo. La verdad es que no entiendo nada de fútbol, pero a pesar de eso soy fiel a San Lorenzo desde mis 3 años. La avaricia, esas ganas de más y más dinero, suele arruinarlo todo y el deporte parece no ser la excepción. Un beso.

Salemo dijo...

De a poquito se va a terminar la paternidad.
Y es así, la avaricia y el dinero se enquista en casi todo y lo va arruinando. Por suerte todavía quedan algunas personas que se rigen por otros valores. Solo hay que saberlos encontrar.
Un beso.

María Taltavull dijo...

Excelente narración, ¡Cuánto sarcasmo! Usted sí que sabe. Lo felicito. Un placer disfrutar de este y otros submundos...

Salemo dijo...

Gracias, María. Fue mi primer cuento deportivo y salió bastante bien, pero tengo que seguir practicando.

Salemo dijo...

Gracias Anónimo. Me alegra que te haya gustado.