La confirmación tan esperada-Miguel Dorelo
Primero
fue un rumor; alguien dijo que había escuchado que en un pueblito perdido del
sur había aparecido de repente y se había instalado en una cabaña abandonada
al costado del camino. Un par de acontecimientos de índole inexplicable que lo
tuvieron como protagonista acentuaron la creencia de que en efecto se trataba
de Él.
Un
tiempo después llegó la confirmación absoluta por medio de un grupo de
científicos llegados de Europa y EE.UU. El mundo estaba salvado: ya no más
guerras ni hambre ni injusticias sociales. Ahora que Dios por fin era algo
comprobadamente tangible se hacía posible el creer que al fin la humanidad recuperaría
el paraíso perdido.
—En
efecto soy yo —confirmó apenas contactado por las autoridades
mundiales, agregando a continuación aquellas fatídicas palabras —, pero
lamentablemente mis vacaciones aún se prolongarán por otros dos millones de
años.
Y
aquí estamos, esperando a que se le terminen.
2 comentarios:
Miguel:
Muy bueno tu cuento, con un final tan impensado como creíble.
Un gran abrazo.
Gracias, Arturo: me parece que se me filtró mi ateísmo, pero como estaba bondadoso cuando lo escribí, dejé abierta la posibilidad de estar equivocado, aunque le di el toque final como para no dar el brazo a torcer tan fácilmente: si existe, debe estar de vacaciones.
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