sábado, 26 de junio de 2010

Sola- Miguel Dorelo

Una inmensa soledad...

Sola-Miguel Dorelo

Se levantará, como casi todos los días, a las siete menos cuarto.
Como casi todos los días, preparará el desayuno.
Como todos los días, absolutamente todos los días, se sentirá sola.
Tostadas, manteca, mermelada de damascos.
El mantel a cuadros rojos y blancos, la cortina haciendo juego; el centro de mesa, frutos falsos de colores casi verdaderos, siempre molestando, ocupando un lugar casi sin sentido.
—Un día de estos lo tiro a la mierda —dirá masticando las palabras y sabiendo que nunca cumplirá la promesa.
El aroma del café, lo único bueno que le pasará esa mañana, anunciando que ya está listo. Apenas cortado con una pizca de crema, dos cucharadas de azúcar.
Recorrerá con su mirada la pequeña, estrecha cocina que jamás podrá contener esa inmensa, inconmensurable soledad.
Pensará en él y en que quizás se atreva, o quizás no. Empezar algo nuevo siempre le causó pánico. El coraje nunca fue un rasgo destacado de su personalidad.
Ya las siete y cinco.
Se hace tarde.
Leche con cereales para María, la más pequeña.
Juancito, —yo ya soy grande, mamá —tomará mate con Juan, el padre, el esposo, el mismo que todas las mañanas lleva al colegio a los niños y de pasada la deja a ella en la oficina.

Elaborado para La Cuentoteca

12 comentarios:

Ogui dijo...

No hay peor soledad de los que están acompañados en el desamor. Buena narración.

Salemo dijo...

Es una que debe doler mucho, don Héctor.Una de las peores, diría yo.
Gracias por el elogio.

Rafael Vázquez dijo...

Magnífico relato, Dorelo.
Y bellísimamente narrado.

Salemo dijo...

Muchas gracias, Rafa. Una de esas veces en que el autor ve que todo lo que quiso decir, cree haberlo dicho.
Bien o mal, eso ya es otro tema.

MARIA PIA DANIELSEN dijo...

La soledad en compañía suele ser mas triste que la otra:la que se elige o se impone, porque en estas dos últimas queda la esperanza de salir de ella. Muy bueno, me gustó!

En los Esteros dijo...

Excelente relato. La soledad es algo que nos viene desde siempre pero no hay pero soledad que aquella que nos consume cuando estamos acompañados.

María del Pilar dijo...

Excelente relato, Miguel, plasmaste muy bien ese sentimiento de desolada soledad que sólo se puede sentir en medio de la incomunicación. Yo alguna vez fui protagonista de una historia parecida hasta que elegí la libertad, y no sigo, por que estoy corriendo el riesgo de convertir mi comentario en un relato que no es cuento.
Un beso

Salemo dijo...

María Pia: es lo que quise resaltar en el relato; la soledad está dentro de uno y no necesariamente la compañía pueda aliviarla con la rutina diaria.
No es un alegato en contra de la familia, solo el reflejo de algo que sucede.
Gracias por pasar.

Salemo dijo...

Gracias, Antonio: es realmente como decís; la soledad es algo que en todo momento está en nuestro interior. A veces se despliega de tal manera que puede llegar a ser insoportable y en esos momentos no hay compañía que pueda mitigar el sentimiento de angustia, como en el caso de esta señora.

Salemo dijo...

Este relato fue escrito en uno de esos momentos especiales que uno suele tener, inspirado por la melancolía o vaya a saber que cosa; son momentos en que , quizás no literariamente, pero si sentimentalmente uno trata de expresar lo más descarnadamente lo que está queriendo decir sobre un tema que puede despertar sentimientos encontrados en el lector, como veo que sucedió en tu caso, María del Pilar. Y en varios más.
No ha sido la intención, pero si ha sido consecuencia es porque creo que pude lograr ( muy pocas veces se puede) decir lo que quise decir.
No sé si estoy "chapita" como decimos acá (medio loco, para los amigos de otros países), pero la relectura, principalmente del final de la historia,me afecta hasta a mí, que soy un insensible.
No voy a leerlo más. He dicho.

María Taltavull dijo...

Miguel, una genialidad. Un relato con imágenes y frases para guardar en una cajita. Desde lo estético es un texto con música y frecuencias sutiles que se mezclan.

La soledad relejada en su máxima expresión con esa sentencia sobre el café: lo mejor que le ocurrirá en el día. Esa frase resume una eternidad de soledades y de momentos de una vida de sinsabores. Una rutina que se ha instalado y todo un desasosiego que traspasa los límites del texto.

Brillante, intenso, movilizador.

Salemo dijo...

Bueno, María, realmente estoy apabullado con la repercusión que ha tenido el relato y me causa una gran alegría al mismo tiempo. La conexión con el lector es, por lo menos para mi,una parte esencial de la obra. Despertar sentimientos intensos en el otro es muy motivador.
Con respecto al tema tratado, la soledad es como el desamor, un sentimiento muy difícil de sobrellevar.Quizás se asemeje bastante a un amor no correspondido. En el caso tratado aquí, tienen en común que ambos necesitan de más de una persona;obviamente en el caso de de un desencuentro amoroso y también en esta soledad en que la compañía la potencia.
Gracias por la consecuencia para La Cuentoteca y por los elogios.
Un beso.