jueves, 3 de junio de 2010

El clonador de libros-Miguel Dorelo

Una mujer y un buen libro ¿Qué más se puede pedir?


El clonador de libros- Miguel Dorelo

Falto de talento, jamás visitado por musa alguna, incapaz de escribir cuatro párafos seguidos con un mínimo de coherencia, al escritorzuelo se le ocurrió una brillante idea.
— ¡Ya sé! Inventaré la clonación de libros —se entusiasmó—. Clonaré cuentos,novelas, relatos de todo tipo.
En poco tiempo alcanzaré la fama, ganaré mucho dinero y, lo más importante de todo, cientos de mujeres de todo tipo, edades y medidas anatómicas caerán rendidas a mis pies.
Puso manos a la obra con tal entusiasmo que en pocos meses, había alcanzado la friolera de ciento veinte cuentos, quince novelas, nueve ensayos y un poema épico.
Pero, es conocida la envidia que en el ámbito literario suele despertar un nuevo y joven talento; al presentar sus obras fue blanco de burlas primero, insultado luego y por último, amenazado con inicio de juicios que lo llevarían directamente a presidio.
La palabra plagio surgió una y otra vez asociada a su nombre.
—No es justo —argumentó — como es lógico, para clonar, se necesita un original. Lo clonado es la verdadera obra.
Todos recordamos a Doly, que Dios la tenga en la gloria, ella fue la verdadera y fantástica creación.
¿Acaso alguien se acuerda de la oveja original?

Ilustración: Mujer leyendo en el jardin- Nikolai Bogdanov Belsky

Publicado en Quicamente Impuro

Reelaborado para La Cuentoteca

8 comentarios:

En los Esteros dijo...

Dorelìn: me encantò el clonador... Sin moral, sin ètica... sin ovejas: al final de cuentas èl no era pastor sino clonador. Je.

Javier López dijo...

Muy bueno Dorelo, la verdad nunca me he preguntado por la original de Dolly, ella alcanzó la fama...
Por otra parte, 120 cuentos en unos meses, ¿es mucho? Nuestro amigo Ranea creo que tiene un récord superior a eso, y nunca clonó nada.
Buen cuentito, se lee rápido y resulta original, cosa extraña hablando de clonaciones.
Abrazo.

Salemo dijo...

Claro, Antonio, de creadores está lleno el firmamento literario, millones de escritores entre profesionales y aficionados. Ahora ¿Cuantos clonadores hay, eh?. Él, y como bien decís, sin ningún tipo de remordimientos. Lástima que no lo comprenden.

Salemo dijo...

Viste como es eso, Javi; cualquier cosa por ser la primera o la original se valora sin tener en cuenta más que eso. Adonde vamos a ir a parar con ese criterio, no sé.En materia literaria hay cada porquería que alguien escribió por primera vez...Una buena clonación de algo superior es a todas luces mejor.
Con respecto a nuestro amigo, ojo que también escribió en ese lapso quince novelas, que no es poco.
Lo de Ranea y si ha clonado alguna vez algo, yo diría que no. Pero de todas formas, está etiquetado y si pasa por acá, que lo aclare él.

María Taltavull dijo...

El cuento es bárbaro: corto y contundente. Pero su idea y el trsfondo es realmente sublime. Lo mejor de todo es el argumento de este clonador. Con esa capacidad para argumentar puede convencer a cualquiera de lo que sea: le lloverán mujeres, musas, novias, dinero, amigos, ovejas... Tiene el mundo a sus pies. De eso se trata la literatura y la vida: de tener buenas justificaciones, y vale mentir (vale todo, hasta clonar).

Interesantísimo. Un placesr, como siempre

Salemo dijo...

Bueno,si le van a llover todas esas cosas a este personaje espero que no se olvide que yo lo inventé y convide algo. Mujeres y dinero estarían bastante bien.
Si adhiero al comentario, me van a acusar de apología del delito. No sé que hacer...

Esteban Dublín dijo...

Me resulta interesante la reflexión. Un abrazo, Miguel.

Salemo dijo...

Hola, Esteban. Por acá tenemos un término para esa clase de persona:"chanta", que viene a ser un tramposo a veces simpático que siempre está tratando de inventar algo para su propio provecho. En este caso el "clonado" de libros.